Las cacerías

¿Un rifle automático con balines del 4 y medio?. Si, esa fué el arma mas terrorífica durante años de las charcas y de los aledaños de la Sierra de Villanueva. Su portador, el Bolo. Más tarde fue relegada al segundo lugar, balísticamente hablando claro, por la escopeta del 5 y medio de Willy. Que sonido tan rompedor. Pero hablemos un poco de estas cacerías.

Si algunos madrugábamos para irnos de escursión con la Bola por el rio como un acto ecológico, no teníamos otra intención que hacer algo con el remordimiento de los otros madrugones para la caza de "la pega".

9 de la mañana, tres, cuatro o cinco escopetas acechaban la sierra desde Alcoba a Villanueva. Objetivo, la pega. Nuestros perdigones surcaban las ramas, las hojas y muchas de las veces el aire tras la llamada de esos pájaros blanco-negros que jugaban con nosotros. Por mucho que empleáramos tácticas militares, la pega siempre nos la daba. eso si, algun gorrión, carbonero y verderon caía. Los tordos???, oidos sordos a nuestros silbidos. Y alguna vez ya derrotados a la vuelta, escondiendo nuestra acción pero ya por desesperación, un par de tiros al "Bencejoooo".

Pero lo más divertido era la caza menor, la caza del "ranaco silvestre de Villanueva". Ahí si que eramos los dioses (todo fué creo porque Bola las coleccionaba). No es que acertásemos, es que solamente si el perdigón les pasaba rozando, (dónde estuviese tambien el de bola que se quitase el de copa), desmayábanse y quedabanse flotando panza arriba. Cuantas veces mirábamos a ver dónde las habíamos alcanzado (que macarras) y ni rastro de herida . Es más, si al cogerla no andabas vivo, ellas si que lo andaban y te dejaban con un palmo de narices escondiéndose.


No quería hacer referencia a ello pero, también existio la caza del hombre blanco. Goyo da a Toribio de rebote, Toribio apunta a Goyo, y la guerra en la colina de los partas de Conchi. 2 bandos, Goyo y Chemi, y los demás escuchando el silbar de los perdigones escondidos en la nueva edificación y ... sal tu si puedes, majo.